Beneficios y riesgos de la dieta crudivegana
El crudismo es un régimen alimenticio que, como sugiere el nombre, se basa en consumir alimentos crudos.
Muy popular incluso entre las estrellas de Hollywood, el fenómeno del raw food es uno de los secretos de belleza de mujeres deslumbrantes como Demi Moore, Uma Thurman y Natalie Portman.
Una elección sin duda saludable, por un lado, porque a menudo la cocción reduce la biodisponibilidad de los micronutrientes contenidos en los alimentos, pero también bastante exigente desde el punto de vista de la vida social y no exenta de riesgos si se hace de manera superficial.
Cómo Funciona el Crudismo
El crudismo se basa en el consumo de alimentos en pureza y sin cocinar. La única excepción se hace para las bebidas, que se pueden calentar pero sin llevar el agua a ebullición, por lo que el té verde, por ejemplo, está permitido.
Aunque consumir frutas y verduras crudas es ciertamente sencillo y muchos lo hacen sin esfuerzo, excluir cualquier alimento cocido no es una elección tan trivial.
Piensa, por ejemplo, en un simple plato de pasta: siempre consumimos cereales y harinas derivadas de ellos cocidos en nuestra dieta, por lo que el crudista deberá excluirlos.
En cuanto a las proteínas, aunque normalmente la dieta crudista es esencialmente a base de plantas, se pueden consumir incluso si son de origen animal, siempre respetando la ausencia de cocción, lo que necesariamente prevé una serie de precauciones en materia de seguridad alimentaria.
Beneficios del Crudismo
Una dieta basada en el consumo de frutas y verduras frescas, de temporada, coloridas y ricas en vitaminas y minerales, con un alto contenido de fibra y agua: ciertamente los beneficios son evidentes.
No cocinar estos alimentos permite preservar inalterados los elementos contenidos en ellos y en alta cantidad. La vitamina C, A y B1, por ejemplo, tienden a dañarse con el calor.
Y no se debe pensar que es una forma de alimentarse monótona, al contrario. Puedes ser creativo con las recetas, inventando ensaladas ricas e imaginativas, añadiendo semillas y, por qué no, polvos de superalimentos como la moringa oleifera. Y puedes usar aderezos también crudos como el aceite de oliva o el aceite de coco prensado en frío.
O utiliza un extractor o una centrífuga para beber zumos fresquísimos y crear batidos coloridos y deliciosos.
Según estudios científicos, con una dieta crudista, la vitalidad y los niveles de energía aumentarían a excelentes niveles, la digestión mejoraría porque todo es extremadamente ligero y el efecto detox estaría asegurado. Esto también ayudaría a contrarrestar algunos trastornos, desde migrañas hasta reflujo, y a bajar la presión arterial y los niveles de azúcar en la sangre.
Riesgos y Contraindicaciones del Crudismo
Obviamente, es un régimen que en cierto sentido es bastante “extremo”, por lo que también existen desventajas.
En primer lugar, como mencionamos al principio, es importante prestar atención a la seguridad de los alimentos.
Las verduras y frutas deben lavarse aún más cuidadosamente de lo habitual, porque al no someterse a un proceso de cocción, deben estar perfectamente limpias para ser consumidas de manera segura. Se debe tener especial cuidado con este paso para las mujeres embarazadas, que siempre deben consultar a su médico antes de comenzar una dieta crudista, debido a los riesgos que implica.
Además, la carne y el pescado crudos, si no se manipulan y lavan cuidadosamente, pueden presentar peligros considerables.
Según los principios del crudismo, no deben cocerse, pero se pueden marinar con un elemento ácido como el jugo de limón, que los “cocina” ligeramente en frío y elimina algunas bacterias. O, especialmente en el caso del pescado, se pueden congelar a una cierta temperatura para hacerlos más seguros. Esto es lo que se hace, por ejemplo, para garantizar la seguridad de los carpaccios de pescado crudos y el sushi/sashimi.
Otra desventaja podría derivarse de la gran cantidad de fibras vegetales crudas ingeridas, que pueden ser difíciles de gestionar a nivel intestinal, especialmente para quienes tienen problemas como colitis o colon irritable.
Además, es bueno tener conciencia de qué y cuánto se come, porque una dieta crudista, especialmente si es casi exclusivamente vegetal, tiende a ser decididamente hipocalórica.
Finalmente, último punto pero no menos importante, hay que evaluar también las situaciones sociales: si un delicioso crudité de verduras es la solución perfecta para resolver un aperitivo con amigos, ciertamente tendrás que renunciar totalmente a la pizza familiar o a la barbacoa de agosto.
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